Un buen abogado debe
ser ante todo un buen mediador, con capacidad para llegar a acuerdos razonables
y reflejarlos en un documento que aporte claridad, eficacia, evitación de
costes superfluos y seguridad jurídica a
sus clientes.
El abogado mediador, trabajando para que las partes enfrentadas en un conflicto acerquen posturas, logra un acuerdo eficaz, bien mediante un convenio regulador de divorcio, separación familiar o ruptura de pareja de hecho, bien mediante una transacción extrajudicial entre partes enfrentadas en un negocio, bien redactando adecuadamente un acta de Junta de Propietarios en comunidades de vecinos enfrentadas, bien llegando a un acuerdo razonable con una compañía de seguros.
La labor del abogado es solucionar un conflicto en interés de su cliente. Para ello debe previamente estudiar los antecedentes del caso y valorar los aspectos que pueden apoyar dicha solución. Una simple carta, bien fundamentada y razonada, en muchas ocasiones puede conducir a ese acuerdo.
Pero si dicho intento no fuera posible o resultase frustrado, la labor del abogado procesalista debe ser lograr que los jueces y tribunales resulten convencidos de la razón que le asiste a su cliente en el caso. Y ahí, en los Juzgados y tribunales, la defensa debe ser contundente e implacable.
Alejandro Toribio Abogado
945233175
